En la actualidad y, si analizamos las innovaciones tecnológicas y los últimos avances en neurociencia, el cambio de paradigma en la gestión y organización empresarial, y el rápido avance e integración de la Inteligencia Artificial en múltiples áreas, sectores y organizaciones, urge una definición y actualización de nuevos conocimientos, competencias y habilidades, todas ellas necesarias para los trabajadores y trabajadoras del hoy y del futuro.
Desde hace más de 10 años, vengo observando un cambio de paradigma muy disruptivo en la sociedad y en las organizaciones y, además, éste ocurre a gran velocidad. Lo que vengo experimentando es que los profesionales mejor capacitados, y los más efectivos, son aquellos que saben adaptarse al cambio.
¿Y esto qué implica?
- Que buscan una mejora continua, actualizan su conocimiento y se adaptan a las nuevas circunstancias.
- Que revisan sus creencias y las cuestionan para ver si siguen siendo operativas, o están desactualizadas en cada contexto.
- Que desarrollan nuevas habilidades y fortalecen sus puntos fuertes.
- Que entrenan las competencias necesarias para su puesto y organización.
- Que entienden que la actitud, y desde dónde realizan sus acciones, es clave.
- Que las emociones son una de las principales fuentes de energía y aprendizaje, y obviarlas nos puede convertir en “analfabetos emocionales”.
- Que, desde un lugar de propósito y valores, el profesional se acerca a la excelencia.
Esto me lleva a una conclusión: A medida que la tecnología evoluciona, nos dota de un mayor conocimiento, podemos acceder de manera fácil y rápida a una amplia información, que antes hubiera sido impensable. Por ello, aunque el conocimiento sigue siendo importante, el desarrollo de competencias y habilidades para resolver problemas, enfrentar desafíos de manera efectiva y evolucionar, está siendo necesario y prioritario.
Una de las disciplinas que ayudan de manera efectiva y práctica al desarrollo personal y profesional, de los individuos, los equipos y las organizaciones, es el coaching.
Estudiar coaching puede brindar a los profesionales a mejorar su perspectiva laboral, sus condiciones y salarios, por varias razones:
En primer lugar, el coaching se ha vuelto fundamental en el ámbito empresarial para mejorar el rendimiento individual y de equipos, lo que aumenta la demanda de profesionales en este campo. Los coaches, una vez formados, cualificados y certificados por instituciones y organismos de prestigio y universidades, pueden trabajar de forma independiente, ser contratados por empresas, o ser coaches internos dentro de una organización, donde acompañan a desarrollar el liderazgo personal y profesional, contribuyendo al crecimiento individual y colectivo, y a mejorar la eficacia y el bienestar en el entorno laboral. Lo cual está haciendo que sea una profesión altamente demandada, valorada y en auge.
Segundo, y desde mi experiencia, el coaching ejecutivo y de equipos abre nuevas perspectivas profesionales, al enfocarse a profesionales, líderes y equipos para que mejoren su desempeño y alcancen sus metas empresariales. Se aplica en múltiples sectores, desde el desarrollo personal hasta el liderazgo organizacional. Hoy en día, un líder con competencias de coaching, genera más confianza en sus relaciones y equipo, mejora el clima laboral, resuelve de manera más efectiva los conflictos, aumenta la productividad y está más alineado con su propósito y el de la organización. También puede aumentar sus habilidades de comunicación y liderazgo, haciendo que sea valioso en roles de gestión y consultoría.
En cuanto a los salarios, la formación como coach ejecutivo (individual y equipos), como líder coach, especialmente si el profesional combina su experiencia y habilidades interpersonales sólidas, puede traducirse en remuneraciones competitivas y diferenciarte de sus iguales debido al creciente reconocimiento de su valor en el mundo empresarial y personal.
Por último, y desde un punto de vista social, contar con ciudadanos y ciudadanas formados en coaching aporta un gran valor a la sociedad, al desarrollar una mayor consciencia, propósito y foco en la evolución humana. Esto es así porque, desde el coaching, se fomenta una ética que cuida de las personas y las relaciones, promueve habilidades como la empatía, la comunicación efectiva y la resolución de problemas. Se facilitan entornos más colaborativos y saludables, donde se equilibra la productividad y el bienestar.
Autor: Maite Gómez Checa
Cargo: CEO Fundadora del Instituto CORAOPS, Coach MCC por ICF.