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Las videollamadas forman parte de nuestro día a día. Ha sido un recurso que siempre ha estado, pero que hemos empezado a valorar a partir del estallido de la pandemia provocada por el coronavirus. Los encuentros a través de las pantallas han permitido reuniones, creación de eventos e incluso nos han dado compañía en estos momentos en los que los abrazos y las distancias cortas se nos resienten.
Chico haciendo videollamada
Porque necesitamos ese cara a cara, el que teníamos con un café de por medio y el que nos permitía entendernos con nuestro compañero de trabajo cuando teníamos una idea buena para un proyecto. Por esto, las videollamadas se han convertido en un canal potente de comunicación del que es difícil alejarnos. 

La importancia de comunicar en una videollamada

Lo cierto es que la forma de comunicar e incluso la concentración no es la misma que cuando estamos en una sala de reuniones. Por eso creemos conveniente señalar unas pautas para que nuestro discurso y nuestra comunicación no verbal se adapte a esta comunicación online y por tanto, saquemos mayor provecho de estas reuniones virtuales a distancia.

Concentración aquí y ahora

La situación por la que pasamos nos desestabiliza. Ya llevamos unos meses, pero aún así la sensación de incertidumbre, ansiedad y miedo permanece. Estamos más pendientes, por tanto de lo que pasa a nuestro alrededor. Nuestra atención disminuye hasta un 29% y las interrupciones aumentan un 34%. 
Por ello, debemos concentrarnos. Centrarnos en el aquí y ahora sin realizar otra actividad que no sea la de estar pendiente de lo que pasa a través de esa pantalla. También es esencial observarse a uno mismo para testear la intensidad con la que proyectamos distintas emociones como la tristeza, el miedo o la inseguridad.
Mesa de escritorio con ordenador con videollamada de fondo y tablet con series

Cuida tu lenguaje corporal y paralingüístico

Con las videollamadas el lenguaje corporal queda relegado a un segundo plano. Como en una llamada de voz normal,  las palabras y el qué y cómo se dice, cobran más protagonismo. Así, mirar y hablar a cámara cuidando gestos y modulación del tono es imprescindible.
Ante todo, humaniza la conversación y cuídate de una comunicación violenta que caiga en el uso de imperativos o en el sincericidio. La distancia hace que, aun viéndonos, la resolución de conflictos pueda ser más complicada. Ve siempre al grano, sin redundar en exceso y sin convertir la reunión en un bucle constante.

Cansancio psicológico en remoto

Esta concentración y esta atención plena en nuestra voz y en la forma de de decir las cosas hacen que nuestra psique se canse más. Por eso, no te atiborres de videollamadas al día. Gestiónalas y ordénalas de forma que te permitan un descanso entre una y otra.
Agéndate un máximo de tres videollamadas al día que no se extiendan más de una hora y cuando finalices, tómate un respiro, una pequeña desconexión.

Apostando por la videoconferencia para desarrollar capacidades

En Coraops también hemos reinventado nuestros talleres y cursos y los hemos llevado a las plataformas online. En ellos ofrecemos pautas para desarrollar capacidades para realizar procesos individuales o colectivos a distancia.
chica teletrabajando
Es por ello que también seguimos estas pautas que acabamos de exponer y que además nos permiten conectar de una forma más eficaz con lo que queremos comunicar y trasladar en todas nuestras sesiones. 
¿Qué técnicas empleas para sacar el máximo provecho de tus videollamadas? ¡Cuéntanos!
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