No todas las personas se enfrentan a un público con soltura. Encarar una entrevista de trabajo, exponer un trabajo de clase o hablar ante un auditorio se puede convertir en una pesadilla para muchos.
Se trata de una fobia extendida que, como todo en la vida, puede suavizarse o incluso eliminarse.
¿En qué consiste el miedo a hablar en público?
El miedo a hablar en público es el pavor que nos produce pensar que podemos estar haciendo el ridículo o que vamos a sentir el rechazo de los demás. Esto produce gran ansiedad que nos afecta no solo en el momento, sino en la preparación previa.
Debemos saber identificar y regular emociones como el miedo
Suele parecer habitual en profesionales que necesitan hablar en público en contextos como conferencias, reuniones, eventos… Pero este miedo no solo se debe focalizar en una minoría. Dirigirse con fluidez a un grupo de personas, expresar nuestra opinión y discrepancias con asertividad, es para muchas personas una misión imposible.
Pero no se trata de un reto inalcanzable. El miedo a qué pensará el otro, a decir algo políticamente incorrecto, a creer que el otro nos va a considerar torpes… Todo esto se vuelve en nuestra contra evitando que nos sintamos libres y no examinados ante un auditorio.
Aquí entra en juego la gestión emocional. Debemos saber identificar y regular emociones como el miedo.
Identificar el miedo, tener confianza
El miedo a hablar en público, tiene nombre. La glosofobia, es una emoción muy frecuente. Concretamente cuando afecta al ámbito laboral puede generar un grado elevado de estrés y frustración.
Trabajar la confianza en este caso es casi un deber
El temblor de la voz, la sudoración, las dificultades para respirar, la pérdida de concentración…. Son señales que somatiza nuestro cuerpo ante el empeño de nuestra mente en considerar un peligro esa situación al frente de un público.
Llegado este momento hay que saber decirle a nuestro cuerpo que no pasa nada, no hay nada grave de lo que defenderse. Trabajar la confianza en este caso es casi un deber, ya que el temor a ser evaluados negativamente nos hace poner en duda nuestro discurso. ¿Qué es lo que nos da miedo? ¡Confiemos en que podemos hacerlo!
Acabar con el miedo a hablar en público
Como hemos comentado al inicio de este post, identificar el miedo que nos coarta y nos pone ante una situación de estrés, nos hace más libre en estos contextos. Bien es cierto que el tipo de personalidad también influye a la hora en enfrentarse a determinadas situaciones ansiógenas. No obstante, consideramos que este temor puede superarse.
- Sé realista: No es coherente marcarnos como objetivo lanzarnos a dar una ponencia como oradores experimentados que mantienen el control de la situación. Poner los pies en la tierra sería evitar que la ansiedad nos bloquee.
- Los mejores también tienen ansiedad: La diferencia que existe es que es un nivel moderado que no dificulta su rendimiento. Todas las personas tenemos esta emoción. En el caso de los buenos oradores aceptan un cierto punto de descontrol por no saber cómo va a reaccionar el público al que se enfrentan. Siendo conscientes de ello, responden siendo más resolutivos.
- La ansiedad también tiene curvas. Tómalo como normal: Puede que al principio arranques tu discurso con cierto nerviosismo. A medida que avances en tu intervención y escuches tu voz, el nivel de ansiedad desciende. Al final los receptores captan el conjunto, no una parte determinada.
- Ten claro lo que quieres transmitir: ¿Qué quieres transmitir? ¿Con qué quieres que el público se quede? Tener presente esto ayuda a que los discursos densos nos lleven a perder el control.
- No somos transparentes al 100%: Todo lo que pasa por nuestra mente y nuestro cuerpo no es percibido por el público de una forma tan evidente como nosotros imaginamos.
- Ve al público como un grupo de personas interesadas y no como el enemigo.
En definitiva, superar el pavor a hablar en público pasa por ser conscientes de que no somos los únicos que padecemos esto y que, por supuesto, todo radica en controlar la emoción. Si lo ponemos en práctica seremos capaces de enfrentar la situación de la forma más natural posible.
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