Como muy bien dice Liz Hall (2013) en su libro Mindful Coaching: How Mindfulness can Transform Coaching Practice:
“Mindfulness es un ejercicio, una práctica que desarrolla la capacidad de estar presente en el proceso de nuestros cambios personales y de los demás”.
Sin duda, la clave de la práctica de coaching consiste en facilitar el proceso por medio del cual el coachee descubre su objetivo y clarifica el camino para llevarlo a cabo. Todo esto es un proceso de apertura a las fuentes de las capacidades latentes y un reconocimiento de que las creencias autolimitantes lo impiden. El método CORAOPS aporta una estructura y un procedimiento experimental probado, que permite al profesional enmarcar su propia práctica, no sólo de una manera ordenada, sino que desde un enfoque de excelencia intenta hacer de la práctica del coaching un encuentro fundamentado en valores humanos y profesionales. En esta línea CORAOPS incorpora la formación en Mindfulness en los diversos niveles y procesos formativos como un ejercicio que desarrolla la capacidad de focalizar la atención para modular la conciencia plena en la experiencia de los procesos, tanto subjetivos (nivel individual) como intersubjetivos o corporativos (nivel relacional) con el fin de responder de la manera más adecuada a las circunstancias tal y como se presentan en cada momento, reconociendo los procesos mentales asociados e identificándolos para evitar su interferencia en el desempeño profesional.
La experiencia de numerosos estudios científicos nos demuestra que la práctica de mindfulness no sólo ayuda a la autorregulación y al aumento de la atención, a la disminución del estrés no adaptativo y al desarrollo de la capacidad de toma de decisiones y gestión del cambio, así como al aumento de la presencia en la experiencia momento a momento, sino que la dimensión relacional, en la que está implicada la resiliencia, la visión amorosa y compasiva en las relaciones y la capacidad de comunicación asertiva son aspectos intersubjetivos que favorecen la relación interpersonal evitando automatismos emocionales y ganando en bienestar.
¿Quieres cultivar el hábito del mindfulness?
Un profesional que cultive la práctica del mindfulness estará desarrollando la toma de conciencia, la regulación de sus emociones, la atención, la motivación y manejará de manera más productiva las relaciones, poniendo el foco en el bienestar. Integrar la práctica en nuestro día a día, como un hábito, nos permite desarrollar una nueva forma de relacionarnos con nosotros mismos, con nuestro trabajo y con los demás. Además, esta práctica se está extendiendo en diferentes ámbitos, como las empresas, centros educativos, médicos o deportivos. Si quieres conocer nuestra propuesta formativa en Mindfulness.
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