A 2019 le quedan pocas horas. Seguro que llevas días pensando y estructurando en tu cabeza cuáles serán los propósitos y objetivos que deseas materializar en 2020.
Pero tan importante es fijar metas para el nuevo año, como echar la vista atrás y hacer una evaluación de aquellas líneas que nos marcamos hace 365 días.
Porque en la introspección está, en numerosas ocasiones, la clave de nuestro crecimiento. ¿Hablamos de metas conseguidas?
Los objetivos no solo son éxitos
Alcanzar tu meta no tiene que ir ligado irremediablemente al éxito tal y como lo conocemos. En este caso la victoria no se concibe como un punto álgido donde luego hay vacío. No es una medalla que recibimos y se queda colgada en la pared.
Este hecho tiene más relación con el camino vivido, con el aprendizaje y las experiencias que nos han rondado.
Un propósito es ilusionante
Tenemos que tener en cuenta que el proceso de desarrollo de un propósito es un desafío personal aunque así, a simple vista, parezca exagerada esta afirmación.
La importancia de la evaluación
Y es que hablar de reto personal parece desmesurado, pero no es así. Es más, pararnos a pensar y a conversar con nosotros mismos, puede ser un edulcorante para nuestra autoestima.
Porque, por pequeños que parezcan, nuestros objetivos son grandes. Por no hablar de su grado de dificultad. Desde fuera se perciben como fáciles, pero para nosotros, al ser un reto, se hacen más duros.
Además, las metas pueden parecer comunes a muchos, pero en cuanto las ponemos nosotros sobre la mesa, se convierten en personales, propias, con identidad.
Y también un propósito es ilusionante. Porque solo los primeros pasos generan una sensación de bienestar indescriptible y el nivel de confianza en ti mismo aumenta.
Es por ello que hablamos de una píldora positiva para nuestra autoestima.
Te animamos a que el nuevo año lo comiences con una nueva ilusión
Pregúntate a ti mismo
Con este plantel, solo nos queda animarte a escucharte. A aprovechar las últimas horas de este 2019 y las primeras de 2020 para poner sobre la mesa todo lo que has logrado y descubierto en todos estos meses. ¿Qué objetivos me marqué y cuáles he logrado? Esa debería ser la pregunta.
Incluso puedes ayudarte de lápiz y papel para verlo claro. Escribe aquello que te habías propuesto y describe el camino hasta conseguirlo.
Apunta también eso que pretendías hacer y al final has dejado de lado. Pregúntate si ha sido por miedo a enfrentarte a ello o si otra experiencia ha ganado prioridad.
Estudia qué has logrado por ti mismo y agradece si otras personas han participado en ese camino. Y si algún reto no se ha conseguido, no pongas la atención en la culpa. Valora y plantea cómo mejorar, porque seguro que puedes.
¿Eres consciente de la importancia de evaluar lo conseguido? En Coraops creemos que las motivaciones hay que mantenerlas en continua evolución. Por ello te animamos a que el nuevo año lo comiences con una nueva ilusión: la de dibujar metas para alcanzarlas.
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