Saber decir “no” en el trabajo forma parte del uso asertivo en las relaciones interpersonales. Una habilidad que casa con las personas que disfrutan de una autoestima sana. Así, quien goce de esta capacidad tiene una seguridad apta para marcar límites a los demás.
Por miedo a sentirnos apartados en futuros proyectos, o por temor a no quedar bien con los directivos, tendemos a acumular una lista de síes que al final se convierten en estrés que nosotros mismos hemos generado.
Decir sí trae consigo menos libertad
Actualmente, el mercado competitivo y los altos índices de desempleo hace que cuando nos llega la oportunidad intentemos exprimirla al máximo, aunque eso conlleve decir “sí” a todo.
Este temor intrínseco hace que alguien con un puesto superior al nuestro se valga de nuestra vulnerabilidad para exigirnos más responsabilidades.
Cuando decimos “sí”, estamos diciendo “no” a otras prioridades
Esto no quiere decir que las personas tengan mala intención. Puede darse que nuestras capacidades y conocimientos para desempeñar una labor sean muy óptimas y que este responsable vea en nosotros una apuesta segura.
Sin embargo, aceptar puede hacernos sentir obligados a participar en unos proyectos que nos nos interesan o que suponen un añadido a nuestra carga rutinaria de trabajo.
También es importante pensar que cuando decimos “sí”, estamos diciendo “no” a otras prioridades que tenemos, como por ejemplo nuestro tiempo libre.
El people pleasing dificulta la negación
Complacer a los demás se conoce como people pleasing en su expresión anglosajona. La falta de asertividad es una lacra común en las empresas.
Es muy normal no saber aceptar como positivos los cumplidos
La asertividad, como ya hemos mencionado en algún que otro post, no es más que la habilidad para expresar aquellos asuntos que llevan adheridos una connotación negativa. La crítica o una opinión en desacuerdo son situaciones en las que viene bien usarla.
Nos convertimos en people pleaser en el momento en el que decimos “sí” sin pensarlo dos veces o nos anticipamos a los deseos de los demás. Sin que nadie nos haya pedido ayuda, nosotros la ofrecemos aunque en ese momento ser un apoyo nos suponga trabajar más.
Es muy normal no saber aceptar como positivos los cumplidos o incluso sentirse debilitados por las críticas.
Yo sé decir “NO” en mi empresa
Esta capacidad de la que hablamos, debemos llevarla a la práctica. Aprender a decir “no” en el trabajo aunque eso implique estar fuera de un proyecto a la larga nos beneficiará. Desde esta posición estaremos mandando un mensaje determinante: tenemos criterio propio.
En Coraops, tenemos en cuenta la importancia de la negación y también, la necesidad de aceptar el “no” de los demás. En la siguiente infografía planteamos unos tips reveladores que te ayudarán a enfocar este tema desde la perspectiva de la confianza en uno mismo y la no vulneración propia.
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